Tras las palabras de Gerard Piqué a la finalización del encuentro del pasado sábado contra el Getafe, donde insta a la Directiva a no filtrar información a la prensa, y en un ambiente, cuanto menos convulsivo, regresa la Champions a nuestro estadio.

Mañana, a las 21 horas, vuelve la máxima competición al Camp Nou, cuando Barcelona e Inter de Milán se medirán en un atractivo duelo, en el que ambos, después de empatar en la primera  jornada, llegan al duelo con un punto en su casillero.

El Barça encara la cita contra los italianos en su mejor momento, tras encadenar dos victorias consecutivas en la competición liguera, y después de dejar la portería a 0 en su último encuentro, como ya hiciera en el partido de Champions en Alemania, tras una excelente actuación de Ter Stegen.

El encuentro de mañana se podría catalogar de duelo a “vida o muerte” para el conjunto azulgrana, ya que una derrota, le podría complicar, y mucho, el acceso a la siguiente fase.

Dependiendo de sus sensaciones, Leo Messi y Ousmane Dembélé podrían tener el alta médica y ponerse ya a disposición de Ernesto Valverde. El argentino y el francés realizaron ayer lunes buena parte de la sesión preparatoria, y hoy martes, ya podrían completarla.

Refuerzos de lujo para el conjunto catalán, quien denota falta de gol cuando Leo no está sobre el campo, y de un Dembélé, que si está comprometido con la causa, puede llegar a ser determinante.

Por su parte, el Inter de Milán, de la mano de Antonio Conte, llega como líder intratable de la Serie A, donde cuenta todos sus partidos por victorias. 6 de 6.

El equipo italiano ha formado un rocoso bloque y se presenta en Barcelona como el equipo menos goleado de toda Europa. Funciona a la perfección el sistema que ha instaurado el técnico italiano (anteriormente en la Juventus) en el equipo “neroazzurro”, que no es otro que tres defensas centrales, cinco centrocampistas y dos delanteros.
Bajo palos, todo un seguro de vida, el esloveno Samir Handanovic, capitán del equipo y que alguna vez ha estado en las quinielas como “futurible” para defender el marco azulgrana.
En el fútbol de Conte cuenta, sobre todo, la competitividad: no es un juego brillante ni adornado, pero sus equipos suelen ser solidarios, sólidos en defensa y muy compactos.

Alicientes, más que de sobras, para que el partido de mañana sea una oda al fútbol, por parte de dos gigantes europeos.

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